Los Espíritus Encarcelados.

27/10/09
Los Espíritus Encarcelados.
Por: Jorge Rojas.

Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu; en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados, paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua.(1Pe.3:18-20)
La interpretación de este pasaje depende de la comprensión de la enseñanza bíblica acerca del estado de los muertos. Si hay vida consiente después de la muerte, entonces es perfectamente lógico que Jesús pudiera haber predicado a los espíritus encarcelados de los que rechazaron la gracia salvadora ofrecida por Dios mediante la predicación de Noé.
Los que defienden la tesis de que Jesús descendió a los infiernos y predicó a los muertos entre su muerte y resurrección apelan a 1 Pedro.4:6 “Porque por esto también ha sido predicado el evangelio a los muertos, para que sean juzgados en carne según los hombres, pero vivan en espíritu según Dios” en un intento de fortalecer su posición. No obstante, tanto el AT como el NT enseñan que no hay vida después de la muerte (Job.7:7-10; 14:11,12; Sal. 146:4; Ec.9:5,6,10) , que los muertos se hallan en un estado de inconsciencia hasta el día de la resurrección (Dn.12:2; Jn.11:11-14; 1Ts.4:13_17) , y que el infierno no es otra cosa que una viciada transliteración de la palabra griega géenna, este era un basurero ubicado a unos 30 Km al sur de Jerusalén, del cual tomó el Señor Jesús una figura para ilustrar el día del juicio final.
Según el comentario exegético Jamienson-Fusset, (en lo sucesivo CEJF), el géenna era el “valle del hijo de Hinnom” (Josué 18:16). En este valle los judíos, cuando estaban sumidos en la idolatría, llegaron a quemar sus niños ofreciéndolos a Moloc “en los lugares altos de Tofet, a consecuencia de lo cual el buen Josías lo profanó, para evitar la repetición de tales abominaciones (2 Reyes 23:10); y desde esa época en adelante, si podemos dar crédito a los escritores judíos, se mantenía un fuego ardiendo en ese lugar para consumir la basura y toda suerte de desperdicios de la ciudad.(muchos cuerpos de animales muertos y criminales eran arrojados allí) mientras que el castigo final de los malos se describe en el Antiguo Testamento mediante una alusión a este valle de Tofet o Hinnom (Isaías 30:33; 66:24), el Señor describe este mismo castigo citando simplemente estas terribles descripciones del profeta evangélico Isaías (Marcos 9:43–48)”.
Ciertamente “ha sido predicado el Evangelio a los muertos” como lo dice el apóstol Pedro, obviamente fue predicado y escuchado mientras estaban vivos, dado que no hay vida después de la muerte y los muertos se hallan en un estado de inconsciencia hasta el día de la resurrección como bien lo señale en el párrafo anterior. La flexión del verbo indica que estas palabras del apóstol fueron pronunciadas antes de la redacción de la carta, en tal sentido los muertos a los cuales se refiere Pedro, tuvieron la oportunidad de oír el evangelio mientras vivían. Cabe señalar que si Pedro se hubiera estado refiriendo a personas espiritualmente muertas, hubiera escrito: "El evangelio está siendo predicado a los muertos, sin embargo tal sentido metafórico es ajeno al texto debido al tiempo en que se encuentra el verbo.
Con referencia a lo anterior el CEJF tomo 2 explica que; los muertos, en su vida, fueron evangelizados, a fin de que pudiesen ser juzgados de la misma manera que los ahora vivos (y los que estarán vivos cuando el Señor venga), es decir, “hombres en la carne”, y para que puedan, habiendo evitado la condenación con haber abrazado el evangelio anunciado, vivir en Dios en espíritu (aunque la muerte les haya tocado en la carne), Lucas 20:38, siendo hechos semejantes a Cristo en la muerte y en la vida (Nota, al 3:18). Dice “vivos”, no los “vivificados”; porque se supone que ya han sido “vivificados juntamente con Cristo” (Efesios 2:5).
En tal sentido, el propósito de la predicación de Pedro fue y continua siendo hoy día, que aunque estemos sujetos a la muerte física, tengamos el privilegio de vivir espiritualmente, esto como resultado de nuestro compañerismo con Dios quien es la fuente y esencia de la vida. Con respecto a la idea antes mencionada, resulta oportuno enfatizar que las palabras “vivir espiritualmente” no tienen nada que ver una existencia paralela a la vida del hombre en este mundo, no significa que después morir, sea justo o no, su espíritu continúe viviendo en un mundo espiritual, o que su alma va a un determinado lugar, tales aseveraciones son inadmisibles a la luz de las Sagradas Escrituras y constituyen una flagrante herejía, la idea de la inmortalidad del alma fue concebida por Satanás (Gn.3:1-4) en expresa oposición a lo que Dios había establecido (Gn.2:16,17) antes bien la escritura presenta a Dios como el único que es inmortal ( Dt.33:27; Sal.45:6; Is.40:28; Je.10:10; 1Tm.1:17; 6:16).
En consecuencia “Si hubiese una transición del sentido literal al figurado (tocante a los muertos mencionados en el texto), se vería inmediatamente por el contexto. Sin embargo, las Escrituras enseñan explícitamente el estado inconsciente de los muertos y que el tiempo de gracia de los seres humanos termina con la muerte (ver com. cap. 3: 19). Por eso, la única conclusión que concuerda con las enseñanzas del conjunto de la Biblia es que los que estaban "muertos" en el tiempo cuando escribía Pedro, habían oído el Evangelio antes de que murieran. El Evangelio fue predicado a los que ahora están muertos”(CBASD)
Con referencia a los espíritus encarcelados, se torna inaceptable la interpretación popular que presenta Cristo como consiente en la muerte y predicando los muertos, por el simple hecho de no existir evidencia bíblica al respecto, la pregunta en cuestión es la siguiente; ¿cómo fue que Jesús predicó a los espíritus encarcelados, y quiénes son tales espíritus? Comenzaré respondiendo la última pregunta para posteriormente responder la primera, el texto claramente identifica a estos espíritus como la civilización que vivió antes del diluvio (ver.Vers 20) el punto es ¿cómo fue que Jesús predicó a los espíritus encarcelados y porque se los califica de esa manera?
Para ilustrar esto he preferido citar a Adam Clarke quien ofrece la explicación correcta de este pasaje cuando dice que los espíritus encarcelados son; “los habitantes del mundo antediluviano, quienes, habiendo sido desobedientes, y convictos de las más flagrantes transgresiones contra Dios, fueron sentenciados por su justa ley a la destrucción. Pero su castigo fue demorado para ver si se arrepentían; y Dios espero 120 años, los cuales le fueron concedidos para este propósito; durante ese tiempo, como criminales confesos y convictos, fueron representados como en prisión, detenidos bajo arresto por la justicia divina, la cual espero su arrepentimiento o la expiración del plazo, para que el juicio pronunciado pudiera ser aplicado”(New Testament Of Our Lord and Savior Jesus Christ – New York, Abingdon, Tomo 6 Pág.861)
Es evidente entonces que los espíritus encarcelados y la razón por la cual están encarcelados, no son ni los muertos en un estado consciente, ni ánimas privadas de libertad en las regiones más profundas de la tierra, como enseñan algunos teólogos. Ahora bien ¿cómo fue que Jesús predicó a los antediluvianos? La respuesta está en el mismo texto, note:
• Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu; (vers.18) (énfasis añadido)
• en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados, (vers.19) (énfasis añadido)
El versículo dieciocho concluye con la declaración de que Jesús resucitó de entre los muertos gracias al poder del espíritu, entretanto que en él versículo diecinueve comienza con la frase “en el cual”. Note usted que el antecedente de en el “cual” en él versículo diecinueve es el espíritu que al final del versículo dieciocho resucita a Jesús. En ambos casos se da entender que aquí obra un instrumento, es a saber el Espíritu Santo, de manera que éste fue el instrumento por medio del cual Jesús fue resucitado, y fue también el instrumento por medio del cual les predicó el llamado al arrepentimiento y la advertencia de su eminente destrucción a los antediluvianos, Cristo, que en nuestros tiempos vino en carne, en los días de Noé predicó en espíritu, así como “vino y predicó la paz”, por su espíritu en los apóstoles y ministros después de su muerte y ascensión, así antes de su encarnación predicó en espíritu por Noé a los antediluvianos, y fue el Espíritu de Cristo que dio el poder a Noé en medio del escarnio y tribulaciones de predicar a los desobedientes espíritus firmemente encadenados en la ira, la depravación y la maldad, note que los antediluvianos no estaban encarcelados por la muerte física, a lo menos mientras recibían la amonestación, sino por el pecado y la incredulidad.
Si bien todas las versiones castellanas a las cuales hemos tenido acceso, cuyos traductores creían en la inmortalidad del alma, han traducido este pasaje de manera que el lector queda con la idea de que Jesús siguió consciente después de su muerte en la cruz, y que en esa condición les predicó los espíritus encarcelados de los días de Noé o descendió a los infiernos como comentan algunos traductores y expositores de la Biblia, sin embargo el énfasis está en la predicación y no en el acto de ir. Las ideas antes señaladas contradicen la clara y sencilla verdad presentada tocante al estado los muertos (Sal. 146; 4; Ecl. 9: 5-6; Mat. 10: 28; Juan 11: 1 1; 1 Tes. 4: 13; Gén. 2: 7; Ecl. 12: 7) y a la salvación, ya que las Escrituras enseñan claramente que los seres humanos deben aceptar la salvación en esta vida presente porque su tiempo de gracia personal termina con la muerte (Mat. 16: 27; Luc. 16: 26-31; Rom.2: 6; Heb. 9: 27; cf Eze. 18: 24; Apoc. 22: 12). La enseñan de una segunda oportunidad para los que han muerto sin Cristo es diabólica y antibíblica, la biblia descarta esta posibilidad enseñando que tenemos solo esta vida para aceptar la salvación ofrecida por Cristo y en consecuencia no existe un segundo tiempo de gracia para el pecador. De manera que los versículos dieciocho y diecinueve son una traducción condicionada por los prejuicios, ideas e interpretaciones de los traductores.
En cuanto a la expresión “muerto en la carne pero vivificado en el espíritu” es la forma en la que apóstol Pedro presenta la garantía de la redención del hombre, la cual está basada en la muerte y resurrección de Jesús. Muerto en la carne o "en cuanto a la carne"; es decir, en lo que tiene que ver con la naturaleza física que Cristo asumió en la encarnación por cuanto era imposible que su naturaleza Divina muriera debido a que la Divinidad es inmortal, en otras palabras lo que murió en la cruz fue su naturaleza humana, no obstante no estudiaremos acá la naturaleza de Jesús, sino lo que el escritor quiere es enfatizar, que gracias a la muerte y la resurrección de Cristo (vivificado en el espíritu) el creyente recibe por fe el regalo de la salvación y la vida eterna.
El hecho de que Cristo verdaderamente murió "en la carne" no significó el fin de su existencia. En la resurrección fue "vivificado" una vez más, aunque desde ese momento su naturaleza humana quedó más completamente subordinada a su naturaleza divina o espiritual (ver com. Luc. 24: 39; cf. t. V, pp. 895-896) que cuando vivía en la tierra como un hombre entre los hombres. El hecho sublime de que el Cristo crucificado continúa viviendo, se destaca aquí como una seguridad de que aquellos que participan de sus sufrimientos no tienen por qué temer que la persecución que padecen acabará para siempre con su existencia (cf. 2 Cor. 13: 4). Cristo triunfó sobre la muerte, y los que sufren con él también están seguros de pasar victoriosamente por las pruebas de fuego de la vida. Compárese esto con el tema de Pablo en 1 Con 15: 13-23, donde presenta la resurrección de nuestro Señor como una garantía de que los que duermen en Jesús vivirán otra Vez.(CBASD Tomo 7)

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