Matrimonio y Divorcio I

16/10/2009
Matrimonio y Divorcio
Por: Jorge Rojas


Heb 13:4 Tened todos en gran respeto el matrimonio, y el lecho conyugal sea sin mancha; que a los fornicarios y adúlteros los juzgará Dios. (NBJ)

Origen del matrimonio.
El origen de esta santa institución se remonta al principio, a los orígenes de este mundo cuando Dios creaba y ordenaba el planeta según Génesis 1:1,2. Solo dos instituciones fueron establecidas por el Creador en el principio; el sábado y el matrimonio, ambas creadas para el goce y disfrute de sus criaturas, estas debían perpetuarse en el tiempo, el plan original de Dios al crear dicha institución era que esta fuese una unidad indisoluble, indivisible, inseparable y que reportase la mayor satisfacción a sus criaturas.
El hombre y la mujer juntos en este santo vínculo ya no eran dos sino uno, notemos el texto;
Génesis cap. 2:24
(NVI) Por eso el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su mujer, y los dos se funden en un solo ser.
· (Dios) dictó la ley del matrimonio para todos los hijos de Adán hasta el fin del tiempo. Lo que el mismo Padre eterno había considerado bueno era una ley que reportaba la más elevada bendición y progreso para los hombres. (Discurso maestro de Jesucristo Cap. La espiritualidad de la ley)

El divorcio nunca fue parte del plan original de Dios, Jesús valido este hecho al decir; … lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.(Mt.19:6) a continuación subrayaré algunas palabras claves de Mateo 19;


Mateo 19:4-6 (NVI)
Algunos fariseos se le acercaron y, para ponerlo a prueba, le preguntaron: --¿Está permitido que un hombre se divorcie de su esposa por cualquier motivo? -- ¿No han leído que en el principio el Creador 'los hizo hombre y mujer',* y dijo: 'Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los dos llegarán a ser un solo cuerpo'?* Así que ya no son dos, sino uno solo. Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.

Sin embargo algunas personas citan Deuteronomio 24 para justificar el divorcio, argumentan que Dios lo estableció y por tanto podía practicarse siempre y cuando se diese carta de divorcio, sin embargo ¿es esto así? El mismo Dios que instituyó el matrimonio como una unidad indivisible ¿ahora lo permite? En el establecimiento del matrimonio ¿Estaba el divorcio como una carta bajo la manga, algo así como que si no funciona, resta la separación?


De manera capciosa los fariseos citaron a Moisés, aludiendo que el divorcio era permitido por este, en otras palabras, si Moisés lo permitió ¿porque tú dices que lo que Dios junto no lo separe el hombre? El propósito de ellos era entrampar a Jesús en alguna palabra con el fin de poder acusarle de desdeñar los escritos de Moisés; note el texto;

Mateo 19:7,8 (RV1865)
Dícenle: ¿Por qué pues Moisés mandó dar carta de divorcio, y despedirla? Díjoles: Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió despedir vuestras mujeres; mas al principio no fue así.
· Como todas las demás excelentes dádivas que Dios confió a la custodia de la humanidad, el matrimonio fue pervertido por el pecado; pero el propósito del Evangelio es restablecer su pureza, y hermosura. (Discurso Maestro de Jesucristo Cap. La espiritualidad de la ley)



En los tiempos bíblicos existían de manera bien marcada dos escuelas rabínicas, líneas de pensamiento que en cuanto al divorcio tenían una posición completamente opuesta a la otra, una enseñaba que cualquier motivo por muy insignificante que fuese, era suficiente para repudiar a la esposa y darle carta de divorcio (Hillel) mientras que la otra escuela enseñaba que solo por infidelidad debe darse carta de divorcio y repudiar. (Shammai)

Sin embargo note en la palabra de Jesús el énfasis en señalar el plan original de Dios con relación al matrimonio. “En el principio no fue así” -¿Cuál era el plan original de Dios? El matrimonio debía ser una unión indisoluble, La ley mosaica sobre el divorcio no fue dada para anular los ideales del matrimonio instituido por Dios en la creación, sino a causa de la "dureza" de los corazones humanos (Mat. 19: 8). Algunos han llegado a creer que en Deut. 24: 1-4 se estaba estableciendo el divorcio, no obstante esta línea de pensamiento difiere de la sencilla explicación del Señor al respecto.

Cabe decir que la suerte de una mujer sola y desechada era deplorable. La carta de divorcio aliviaba su infortunio. Esta ley, sencillamente reconocía la situación existente y buscaba mejorarla. Esta era una ley de permisión, y no de obligación. Estas mismísimas restricciones tenían por objeto eliminar el fácil proceso de divorcio que evidentemente los hebreos habían aprendido en su asociación con los pueblos paganos, en contraposición a lo dicho por el Señor a través del profeta Jeremías cuando dijo; No sigan el ejemplo de otras naciones…(Jer.10:2)

La ley de Deut. 24: 1-4 no instituyó el divorcio, sino que lo toleró en vista de las imperfecciones de la naturaleza humana y los bajos conceptos morales del pueblo de Dios en ese tiempo. Para conocer la opinión de Dios respecto del matrimonio es preciso no detenerse en Deut. 24: 1-4, sino que, como lo hiciera Jesús, hay que remontarse a Gén. 1: 27 y 2: 24 (Mat. 5: 27, 31,32 ; 19: 3-9). El consejo escrito por Moisés para la gente de sus días debe interpretarse a la luz de las costumbres de su época, y no de la nuestra, y siempre teniendo en vista el ideal divino. Una vez más Cristo elevó la vista de los hombres hacia ese divino ideal ordenado en el Edén. Ese primer matrimonio nos proporciona el modelo dado por Dios para su pueblo de hoy. ( Comt. B. Adv. T4)

La enseñanza de Cristo muestra claramente que las disposiciones de la ley de Moisés para el divorcio no constituyen el ideal divino para sus hijos (Mat. 19: 9). La ley de Gén. 1: 27; 2: 24 es anterior a la ley de Deut. 24: 1-4 y es superior a ella, porque en la parte del Génesis que describe el Edén, se presenta el ideal divino para los hijos terrenales del Señor. Dios nunca invalidó la ley del matrimonio que enunció en el principio. No era el plan divino que el divorcio fuera alguna vez necesario. Por lo tanto, aquellos cristianos que tengan el deseo y el propósito de seguir el plan celestial, no buscarán el divorcio como solución para sus dificultades matrimoniales (Mt. 19:9)

La única modificación hecha en la ley original del matrimonio para adaptarla a un mundo caído, es que la violación del pacto matrimonial por infidelidad conyugal puede servir de razón legítima para disolver el matrimonio. De otro modo, no puede disolverse legítimamente.

La palabra fornicación utilizada en este texto viene del Gr. pornéia (cap. 5:32). En el NT la palabra pornéia sirve para designar todas las relaciones ilícitas, tanto antes del matrimonio como después de él. Quizá la expresión "falta de castidad" traduciría mejor el significado de la palabra griega. Bajo la ley mosaica, la infidelidad en el matrimonio exigía pena de muerte (Lev. 20: 10), y no el divorcio. Además, bajo la ley de Moisés la pena de muerte era obligatoria. Según la ley cristiana aquí expuesta, el divorcio no es obligatorio, sino permitido. A partir de lo que Jesús enseña aquí, puede inferirse que la parte inocente queda en libertad de elegir si ha de continuar la relación matrimonial. Sin embargo, la reconciliación es siempre lo ideal, sobre todo si la pareja tiene hijos.

Es interesante notar que muchos de los discípulos que escuchaban el debate entre los fariseos y Jesús, posteriormente le dijesen, si esto es así, mejor es no casarse, sugerían con esto que, en vista de la naturaleza humana y las múltiples circunstancias que podrían llevar a la incompatibilidad matrimonial, quizá sería mejor no casarse nunca. Sin duda, la norma que Jesús había presentado pareció a primera vista demasiado elevada aun para los discípulos, lo que también ocurre hoy.

Lo que los discípulos olvidaron, y que también olvidan los cristianos hoy, es que Cristo ofrece otra solución para el desacuerdo matrimonial. Según la fórmula de Cristo, cuando los caracteres y las personalidades no congenian, la solución está en cambiar el carácter, el corazón y la vida (Rom. 12:2), y no cambiar de cónyuge.
Los principios en los cuales debe basarse esta transformación se presentan claramente en el Sermón del Monte (Mat. 5:38-48; 6:14-15). Si se aplican estos principios a situaciones matrimoniales difíciles, se efectuarán los mismos milagros que ocurren cuando se los aplican a otras relaciones sociales.

No hay problema matrimonial que no pueda resolverse para satisfacción de ambos cónyuges si los dos están dispuestos a seguir los principios presentados por Cristo en el Sermón del Monte. Y si uno de los cónyuges está dispuesto a hacerlo, aunque el otro no lo esté, muchas veces es posible alcanzar un grado notable de paz matrimonial, y a menudo el resultado final es que se gana al que no estaba dispuesto a seguir las enseñanzas de Cristo. Esta recompensa vale más que la paciencia y la abnegación que exige.

Hablemos un poca acerca de esa declaración del profeta Malaquías ¿Cuál es la actitud de Dios Frente al divorcio? Mal: 15 y 16

Mal 2:15 [2] ¿Acaso no hizo el Señor un solo ser, que es cuerpo y espíritu? Y ¿por qué es uno solo? Porque busca descendencia dada por Dios. [3] Así que cuídense ustedes en su propio espíritu, y no traicionen a la esposa de su juventud.
Mal 2:16 "Yo aborrezco el divorcio dice el Señor, Dios de Israel, y al que cubre de violencia sus vestiduras", dice el Señor Todopoderoso. Así que cuídense en su espíritu, y no sean traicioneros. NVI
Comentario: “cúbranse de vestido de violencia.” La “violencia” de ellos es el repudio de sus esposas; el “vestido” con el cual tratan de cubrirla es el pretexto del permiso de Moisés (Deu_24:1; Mat_19:6-9).

Algunos consejos de Pablo.

A los casados
1Co 7:10 A los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor,[8] que la mujer no se separe del marido;
1Co 7:11 y si se separa, quédese sin casar o reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer.


Mando No yo sino El Señor, con esta declaración Pablo refuerza su orden inspirada refiriéndose a la clara enseñanza dada por Cristo. Puesto que Jesús había hablado específicamente de este tema, el apóstol podía hacer una referencia tal. Cuando no había una instrucción específica procedente de Jesús, el apóstol podía añadir su propio consejo El Salvador declaró que el vínculo matrimonial era sagrado e inmutable (Mat. 5: 31-32; Mar 10: 2-12; Luc. 16: 18). La orden de Jesús no deja lugar para las muchas razones que se presentan para una separación legal, y que son aceptadas hoy día por los tribunales civiles, como incompatibilidad de caracteres, crueldad mental y otras de una naturaleza más trivial.

Las leyes griegas y romanas permitían la separación del esposo y la esposa por razones baladíes, y lo mismo sucedía entre los judíos (Mat. 5: 32). Esta condición de la sociedad influía sin duda para que los cristianos levantaran la cuestión de la legitimidad de la separación entre los creyentes. La respuesta se da con claridad: el divorcio no está dentro del perfecto plan de Dios para la humanidad, y el adulterio es la única razón por la cual se permite el divorcio (Mat. 19: 9).

Cuando Pablo dijo la mujer no se separe o "no sea separada" (voz pasiva), es decir, "no se deje separar", en el Imperio Romano, tanto el hombre como la mujer podían iniciar el divorcio, sin embargo aquí se insta a la mujer, no sólo a no iniciar la separación, sino a no dejar que las circunstancias la separen de su marido. Se ha pensado que posiblemente la pregunta a la cual responde Pablo tuviera que ver con una hermana que estaba pensando separarse de su marido, quizá un no cristiano. Y si se separa o "en el caso de separarse" (BJ); "y caso que llegare a separarse" (BC) quédese sin casar o reconcíliese con su marido.

Esta declaración es virtualmente una admisión de que la orden dada en el versículo anterior no sería obedecida plenamente debido a la imperfecta condición de la iglesia. Había casos de diferencias matrimoniales que no podrían ser superadas mediante el afecto y la tolerancia cristiana y se produciría la separación; y en estos casos la esposa rechazada o separada no debía casarse con otro, sino buscar la reconciliación con su esposo.

Es importante decir que el énfasis de pablo está en el no abandonar a la mujer del Gr. afi'mi que mejor se traduciría "no despida a su mujer" (BJ), o "no repudie (se divorcie) a su (0 de su) mujer" (NC). Este verbo es diferente del que se traduce "no se separe" en el vers. 10. Además, está en la voz activa y no en la pasiva como el primer caso. Aquí el marido inicia la separación, despidiendo a la esposa. Según las escrituras solo existen dos causa de por las que el divorcio puede darse;


1era causa de divorcio... Muerte

Rom 7:1 Hermanos, les hablo como a quienes conocen la ley. ¿Acaso no saben que uno está sujeto a la ley solamente en vida?
Rom 7:2 Por ejemplo, la casada está ligada por ley a su esposo sólo mientras éste vive; pero si su esposo muere, ella queda libre de la ley que la unía a su esposo.
Rom 7:3 Por eso, si se casa con otro hombre mientras su esposo vive, se le considera adúltera. Pero si muere su esposo, ella queda libre de esa ley, y no es adúltera aunque se case con otro hombre. (NVI)

2da Causa de divorcio ( Infidelidad, Adulterio Rompimiento de los Votos Matrimoniales)

Mat 19:9 Entonces les digo que si un hombre se divorcia de su esposa y se casa con otra mujer, es culpable de cometer adulterio. La única razón para que un hombre se divorcie y se case de nuevo es que su esposa tenga relaciones sexuales con otro hombre. (PDT)

Mat 19:9 Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de *fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera. (RVI995)

*Del griego Porneía ( todo tipo de Relación sexual ilícita)

Textos tomados del libro Hogar Cristiano por Ellen G. White.

Podría suceder que, con tiempo, trabajo, oración, paciencia, fe y una vida piadosa, se obtuviera una reforma. Vivir con quien violó los votos matrimoniales y se cubrió de oprobio por un amor culpable, pero no lo reconoce, es como un cáncer roedor para el alma; y sin embargo el divorcio es como una llaga en el corazón para toda la vida. Dios se compadezca de la parte inocentes! Antes de contraer matrimonio, éste debe considerarse con mucho cuidado. (HC . Cap. 12)
En las mentes juveniles el matrimonio está revestido de romanticismo y es difícil despojarlo de ese carácter que le presta la imaginación, para hacer que la mente comprenda cuán pesadas responsabilidades entraña el voto matrimonial. Liga los destinos de dos personas con vínculos que sólo la muerte puede cortar.
Todo compromiso matrimonial debe ser considerado cuidadosamente, pues el casamiento es un paso que se da toda la vida. Tanto el hombre como la mujer deben considerar cuidadosamente si pueden mantenerse unidos a través de las vicisitudes de la existencia mientras ambos vivan.* . (HC . Cap. 12)

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