El año de reposo de la tierra y el jubileo.



Por Jorge Rojas Velásquez


     La conocida expresión "año sabático" frecuentemente empleada para denotar el cese de las actividades laborales o estudiantiles para dedicarse a otras labores durante un año, tiene un trasfondo más profundo de lo que imaginas. Así que prepárate a conocer acerca del " año de reposo de la tierra, también llamado año sabático o año de remisión, y acerca  del jubileo".
     Cuando hayas entrado a la tierra que os doy, la tierra guardará reposo para el Señor. (Lv.25) Así habló Dios a Moisés en el Sinaí, y estableció que cada siete años la tierra tendría reposo, de manera que el séptimo año el pueblo no debía ni sembrar ni vendimiar sus viñas, es el año de reposo de la tierra, ni aun sus hijos o sus animales o extranjeros que vivieran con ellos, todos debían cesar del trabajo. Juntamente con estas leyes, Dios prometió enviar su bendición el año sexto, de manera que la tierra produciría lo suficiente para vivir sin trabajar no solo en el séptimo año, sino hasta la nueva cosecha. Dicho de otra manera, trabajaban seis años, descansaban el séptimo, sembraban en el octavo y cosechaban en el noveno.  La bendición de Dios prometía fruto por tres años, partiendo del año que antecede al año de reposo de la tierra, es decir el año sexto, hasta la nueva cosecha, como mencione anteriormente. Conviene subrayar que Dios nunca faltó a su promesa.
      Algo semejante ocurría con el jubileo, este se celebraba cada 49 años y descansaban el año 50, es decir al final del ciclo de siete años sabáticos. Cabe señalar que así mismo como no faltaba  la bendición de Dios en el año sabático, tampoco faltaba en el jubileo, de manera que la tierra produciría lo suficiente para vivir sin trabajar hasta las nuevas cosechas.
      Es importante destacar que el día diez de tishrei (séptimo mes del calendario hebreo, equivalente a septiembre-octubre del calendario gregoriano) se tocaba el shofar (instrumento litúrgico de viento, hecho de cuerno de carnero o antílope kosher (apto) el cual anunciaba no solo el Yom Kippur (día de expiación), sino también el jubileo. Ese día se pregonaba libertad y cada quien recibía de vuelta sus posesiones.  En efecto hay similitudes y diferencias entre "El año de reposo de la tierra y el jubileo. Examinemos brevemente varias de ellas.
     Tanto el año de reposo de la tierra (del hebreo shemitá, cuyo significado primario es "Liberar”) como el jubileo (del hebreo iovel, que se cree era un shofar de cordero) comienzan en el séptimo mes, en ambos casos se tocaba el shofar, obviamente cambiaba el día y el tipo de toque. Cuando llegaba el año de reposo de la tierra, según el siglo de los siete años, este se anunciaba el primero de tishrei, llamado rosh hashaná (cabeza de año), el sonido del shofar era Teruá (este consiste en nueve sonidos muy breves y en rápida sucesión, básicamente es un sonido de alarma), entre tanto cuando llegaba el jubileo, según el ciclo de las siete semanas de años,  se anunciaba al final de la ceremonia de yom kippur, el día diez de tishrei, y el sonido del shofar era Tekiá (este es un sonido extendido y claro). En resumen, mientras teruá alertaba de la proximidad del juicio final, tekiá recuerda la presencia del Señor como todopoderoso.
     En ambas celebraciones estaba prohibido sembrar y cosechar, solo debían comer de lo cosechado el año anterior y de lo que produjera la tierra espontáneamente durante el año sabático o el jubileo. También estaba prohibido dar animo a otros para que trabajaran o venderles instrumentos de trabajo, pues está prohibido alentar a los transgresores. Como dije anteriormente hay varias diferencias entre uno y otro, por ejemplo; en el año sabático todas las deudas eran condonadas sean entre deudores y acreedores judíos, en cambio en el jubileo las tierras regresaban a sus propietarios o a sus herederos.
     Es importante señalar que el valor de la tierra era determinado por el número de años que habían entre la venta y el Año del Jubileo, allí el propietario recobraba sus bienes, sin indemnización. En tal sentido, cada propietario recobraba las posesiones que se hubiera visto obligado a vender , hipotecar o enajenar, excepto las casas situadas dentro de ciudades amuralladas. En el jubileo también se daba la libertad total de todos los esclavos, estos podían regresar a su familia, y a la posesión de sus padres, con sus mujeres e hijos. En resumen, el jubileo daba a cualquier israelita la oportunidad de reconstruir su vida social y económica. En consecuencia el jubileo proveía equilibrio económico, evitaba el latifundismo y la acumulación de riquezas por unos, mientras otros quedaban por completo desposeídos. También era ocasión para intensificar la instrucción de la juventud en la ley de Dios y en el temor de su nombre.
     Según la Mishné Torá (recopilación hecha por Maimónides (1135-1204 d.C) de toda la Torá oral con sus reglas, costumbres y dictámenes desde el tiempo de Moisés) el conteo de los años sabáticos empezó 14 años después del ingreso del pueblo de Israel a la tierra prometida (2488 año del mundo (a.m)), es decir que empezaron a contar desde el 2502 a.m
     Los israelitas contaron 17 Jubileo, desde el momento en que entraron a Eretz-Israel hasta que salieron. El año en que partieron fue cuando el Templo fue destruido por primera vez, era el año siguiente al año sabático y el 36 del ciclo del Jubileo, pues el primer templo permaneció durante 410 años. Tras la destrucción del templo, este cómputo quedo anulado y el país quedo en ruinas durante 70 años.  Entonces se construyó el Segundo Templo y se mantuvo por 420 años. En el séptimo año después de su construcción, vino Esdras (de Babilonia a Judea) Esto se conoce como la segunda venida (de judíos exiliados que retornaban al país). A partir de ese año se inicio una cuenta nueva y se designó el año decimotercero del Segundo Templo como año sabático, tras esto, contaron siete años sabáticos y santificaron el año cincuenta. Aunque durante el periodo del segundo templo no se observaban los jubileos se los contaba a fin de santificar el año sabático. De ello se deduce el año en que el Segundo Templo fue destruido por última vez, [más exactamente,] a partir de Tishrei que fue aproximadamente dos meses después de la destrucción, ya que el reconocimiento de los años sabáticos y Jubileos comienza en Tishrei , de manera que fue el año siguiente al séptimo y el decimoquinto del noveno ciclo de Jubileo.
     De acuerdo con este ajuste de cuentas, este año, que es el año 1107 (año en que está escribiendo Maimónides) después de la destrucción, y el 1487 de la era seléucida y el 4936 desde la creación, es año sabático y es el 21 º del Jubileo. Maimónides (1135-1204 d.C) Mishné Torá,  Sefer zeraim Pág. 169, 170.
     Dejando de lado el aspecto histórico-religioso y procediendo al campo teológico, podemos ver mejor el sentido tipológico y escatológico de estas celebraciones. Antes de examinarlas, debo decir que nada de lo expuesto hasta aquí tiene la intención de fechar la venida de Cristo, evento que está plenamente velado al hombre.
     La creencia de los siete milenios, indica que estamos viviendo en la terminación del sexto y pronto tendremos el séptimo y la restauración de todas las cosas. De acuerdo a la cronología bíblica el año actual  (2018) corresponde al año 5778 desde la creación, en tal sentido solo faltarían 221 años para el sexto milenio y el año de reposo de la tierra. Otros han establecido el año 2031 de nuestro tiempo como la terminación del sexto milenio y por ende el regreso del Señor, esto basado en la interpretación protestante que subraya acontecimientos importantes cada dos mil años, entre ellos la muerte y resurrección Cristo en el año 31 de nuestra era, esto ha llevado a muchos a creer que en el año 2031 se cumplen dos mil años de tal evento,  y por ende se completan los seis milenios. Pese a que respecto las interpretaciones particulares de cada quien con respecto a esto, debo dejar bien claro que discrepo totalmente de cualquier intento de establecer una fecha para el retorno de Cristo.
     Hecha esta salvedad,  este articulo analizará tanto el aspecto redentivo como el escatológico, por lo tanto señalaré los elementos más relevantes del año de reposo de la tierra y el jubileo. Cada 50 años estos dos acontecimientos se encontraban en el mismo mes pero en días diferentes, es decir en el séptimo del calendario hebreo llamado tishrei como mencione anteriormente. En dicho evento las deudas eran condonadas, se proclamaba plena libertad a los esclavos (que no tiene nada que ver con una esclavitud opresiva y cruel) además, las propiedades regresaban a sus dueños originales o herederos y la tierra entraba en un reposo total y pleno.  Esto es sin duda alguna lo más significativo de estas celebraciones. Si trazamos una línea tipológica, encontraremos profundas y trascendentales verdades, tales como; el milenio descrito en apocalipsis 20, evento que inicia con la segunda venida de Jesús, donde tanto los justos vivos como los justos que han resucitado conforman un solo grupo y son llevados al cielo mientras la tierra queda desolada y vacía durante mil años. Luego la entrega de la tierra en herencia a los fieles señalado en Daniel 7. 27; acontecimiento que tendrá lugar al final del milenio con la tercera venida de Jesús a la tierra, la resurrección de los malos y la destrucción final y definitiva de Satanás, sus ángeles y todos los que se alinearon con su rebelión.
     En importante mencionar, que la tierra que fue arrebatada de manos de Adán por Satanás y recuperada por Cristo en la cruz, ahora es entregada a los justos, quienes disfrutan de ella, no por merito propio, sino por los meritos de la vida santa y pura de Cristo, quien les condona las deudas y les da libertad del pecado y la muerte eterna. Cabe destacar que solo porque Jesús ocupó nuestro lugar, recibiendo el castigo que merecían nuestros pecados, es que el hombre arrepentido, recibe por fe la redención y la promesa de vida eterna en una tierra nueva, plenamente restaurada. Todas estas observaciones comprenden el marco profético del año de reposo de la tierra y el jubileo. Conviene subrayar que no es el objetivo de este articulo abarcar todas las implicaciones teológicas que de tales eventos se desprenden, sino tocar el aspecto tipológico más relevantes desde el punto de vista del gran conflicto entre el bien y el mal.
     En consecuencia, el año de reposo de la tierra y el jubileo, son realidades que tendrán su cumplimiento en el debido tiempo y momento señalado por Dios. Mientras tanto, prepárate para estar entre aquellos que recibirán la tierra nueva por heredad.

     Bendiciones...    
   
    
    
    


    
        



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