Apariciones Marianas, y adoración a Maria...


María...ejemplo a seguir.
Por Jorge Rojas Velásquez 


     Durante siglos las apariciones de la virgen con sus particulares mensajes, han cautivado el corazón de millones de personas en el mundo. Sus declaraciones de paz, amor, reconciliación y perdón son el común denominador de estas manifestaciones sobrenaturales. Del mismo modo, mensajes como; yo soy la reina del cielo, soy tu mediadora, tu protectora, tu santa madre que te cuida y el camino al Padre, son frecuentes. Pero, me pregunto; ¿es realmente María? Y si no lo es ¿quién es? ¿son verdaderas o falsas sus apariciones? Y en cuanto a sus palabras, ¿son bíblicas? estas y otras interrogantes como; quien fue maría y el origen de su culto serán respondidas en este artículo.
 
    En primer lugar, María cuyo nombre hebreo es realmente Miriam, fue una mujer judía del siglo I que vivió en Belén de Judea y luego en la región de Galilea en un pueblo llamado Nazaret. Ella cumple la profecía predicha por Isaías tocante a una virgen que concebiría y daría a luz al mesías. En cuanto a su ascendencia, proviene de la tribu de Leví, según la genealogía presentada por Lucas, es decir a la tribu sacerdotal, mientras que José su marido, cuyo nombre hebreo es realmente Yosef, viene de la tribu de Judá según la genealogía presentada por Mateo, tribu de donde procedían los reyes. Sacerdote y Rey, dos funciones mesiánicas que convergen en Cristo.
 
     Volviendo al tema que nos ocupa, María fue elegida por Dios para traer a Jesús a este mundo, no porque haya habido merito alguno en ella, sino por la misericordia y bondad de Dios, cualidades divinas que luego ella evoca con palabras de agradecimiento y humildad (Lc. 1: 46-55) Esta actitud de parte de María, es evidencia de una vida consagrada, de una mujer temerosa de Dios y por ende obediente en todo. De la mano de su marido y bajo la conducción del espíritu santo fueron los tutores de Jesús en sus primeros años. Es importante decir que la biblia dice muy poco en cuanto a la vida de María antes del nacimiento de Jesús, después del nacimiento de este y prácticamente nada después de su muerte. En consecuencia, cualquier fuente extrabíblica que narre o describa su vida debe considerarse apócrifa.
 
     En el marco de las consideraciones anteriores, cabe preguntarse, ¿de dónde nos llega la doctrina de la asunción de María al cielo, de la inmaculada concepción, de su rol como corredentora, mediadora y el camino al Padre? ¿cuál es el origen de su culto? Y finalmente preguntarnos si las declaraciones que ha dado cada vez que se manifiesta están en concordancia con la Biblia como mencioné anteriormente.

     En primer lugar, es necesario saber que dicen las Sagradas Escrituras tocante a la vida, la muerte y adónde vamos al morir. Según esta, solo Dios es inmortal (1 Tim. 1:17) mientras que el ser humano es mortal (Isa.51:12) la vida se la define como el aliento de vida que viene de Dios mas el polvo de tierra, de acuerdo a Génesis 2:7, de manera que estos dos elementos unidos dan como resultado un alma o ser viviente. Mientras que Eclesiastés 12:7 define la muerte como la separación de estos dos elementos, donde el polvo vuelve al polvo (Gn.3:19) y el aliento de vida vuelve a Dios. Además, de acuerdo al salmo 146: 4 el mismo día que nuestro aliento vuelve a Dios mueren nuestros pensamientos, y quienes en vida nos vieron no nos verán mas, descendemos al sepulcro y ni subimos de él, ni regresamos mas a nuestra casa (Job. 7: 7-10) de hecho Job.14:21 declara que aun nuestros hijos podrán tener honores o ser humillados y no sabremos nada al respecto. En síntesis, no hay vida después de la muerte, solo existe un completo y total estado de inconsciencia.
 
     Acorde con lo antes mencionado, el libro de Eclesiastés subraya que los que están vivos saben que han de morir, pero los muertos nada saben y no tienen ninguna intervención entre los vivos, además declara que al morir vamos al sepulcro (Ecl. 9:5-6,10). Al mismo tiempo Ezequiel 18:4,20 enfatiza que el alma es mortal. En resumen, solo Dios tiene inmortalidad (1 Tim.6:16), por consiguiente cabe preguntarse, ¿murió María y resucitó, o fue llevada viva al cielo?, de ser así, ¿En qué parte de la Biblia habla de su "asunción"? Y digo asunción porque de acuerdo a la teología católica la ascensión se aplica solo a Cristo. El punto es que la Biblia no dice nada acerca de la muerte, resurrección o traslación de María al cielo. Por consiguiente María duerme en el mismo lugar donde duermen todos los hijos fieles de Dios que han muerto; en el sepulcro, en el polvo de la tierra de donde un día se levantaran al llamado de Cristo en su segunda venida.

     En el marco de las consideraciones anteriores, es importante destacar que desde el siglo VI comenzó a celebrarse en Oriente la fiesta de la Dormición (Muerte) de la Virgen, esto se hizo hasta 1950 cuando el papa Pio XII decreto como dogma de fe, la Asunción de la María, enseñanza que da por sentado que la virgen fue resucitada y ascendió al Cielo, igualándola así con las prerrogativas de Cristo. No obstante, es interesante resaltar lo que dice Eusebio, célebre autor de la historia eclesiástica católica; “Ninguno está exceptuado de la mancha del pecado original, ni aun la madre del Redentor del mundo; solo Jesús quedo exento de la Ley del pecado, aún cuando haya nacido de una mujer sujeta a pecados (Emiss. In Horat. 2 de Nativ.) y Agustín de Hipona, nombrado santo, padre y doctor de la Iglesia católica escribió; “María murió por causa del pecado Original, transmitido desde Adán a todos sus descendientes” (salmo 34, sermón III).

     Considero importante recordar que la Iglesia Católica enseña que hay dos fuentes de verdad, es decir, dos fuentes de revelación divina. Una es la Santa Escritura; y la otra es la Iglesia Católica. Por lo tanto, si la iglesia dice algo que es revelador, lo es. Si el arzobispo de Roma habla ex cátedra, eso es como la voz de Dios y tiene un peso igual a la Escritura. Si un consejo de la iglesia dice que esto o aquello es revelación, simplemente lo es. En síntesis, para la iglesia católica sus dogmas de fe son verdades absolutas, incuestionables, irrevocables, infalibles, inmutables, definitivas y totalmente seguras, sin ningún tipo de dudas, críticas o apelaciones.

    Como resultado de este proceder, la iglesia desarrolló a lo largo de los siglos un conjunto de dogmas que ya forman 44 en su declaración de fe, creencias que provienen más del supremo magisterio, de los concilios y declaraciones excátedra de Papas que de la Biblia. Dogmas como la transustanciación, el bautismo de los infantes, el infierno, el purgatorio y la infalibilidad papal entre otros, son creencias totalmente antibíblicos que no explicaré porque no es el objeto de este artículo. Con relación a María, está el dogma de la Inmaculada Concepción (Papa Pío IX, en la Bula Ineffabilis Deus, del 8 de Diciembre de l854) declaración que asegura que María fue concebida sin pecado y sin inclinación al mal, no obstante la Biblia asegura que desde la caída de Adán hasta nuestros días, todos nacemos pecadores (Rm.5:12) la única excepción es Cristo (1 Juan 3:5/Heb4:15) 

     Además es relevante decir que Anselmo de Canterbury (1033 - 1109), teólogo y doctor de la Iglesia católica manifestó que “Si bien la concepción de Cristo ha sido inmaculada, no obstante, la misma Virgen de la cual nació, ha Sido concebida en la iniquidad, y nació con el pecado original; porque ella pecó en Adán, así como por él todos pecaron” (Op. Pág. 9). Consecuentemente Tomás de Aquino (1225-1274), sumo doctor de la Iglesia Romana en s. XII, quien luchó contra lo que él consideraba la herejía de la inmaculada concepción, dijo: “La bienaventurada Virgen María, habiendo sido concebida por la unión de sus padres, ha contraído el pecado original'' (Summa teológica, part. 3 pág. 65) y una de mis declaraciones favoritas tocante a este tema es la del Papa Inocencio III (1161-1216). Papa n.º 176, el dijo: “Eva fue formada sin la culpa, y engendró en la culpa; María fue formada en la culpa y engendró sin la culpa” (Sermón Assumpt.)

     Otro punto relevante para nuestro estudio es el de María "madre de Dios" (Concilio de Éfeso, del año 431, siendo Papa Clementino I 422-432) es decir, Dios tuvo su origen en María, aunque muchos dicen que se trata de Dios el hijo, esta creencia enfatiza que el verbo se hizo carne (Jn1:14) y si el verbo era Dios, entonces María es su madre...¿qué tal?. Y finalmente, debo mencionar el dogma de la perpetua virginidad de María, credo que afirma que ella fue virgen antes, durante y después del parto, pese a que la Biblia declara que José su marido no la "conoció" (eufemismo para relaciones sexuales) sino hasta después del nacimiento de Jesús (Mat. 1:25)

     Acorde con lo antes dicho, es evidente que estos dogmas han preparado el camino para acreditarle a María muchas funciones y prerrogativas que son exclusivas de Cristo, tales como mediador, intercesor (1Tm.2:5 / Rm.8:34), y el camino al Padre (Jn.14:6), cualidades divinas trasladadas a María sin un claro y contundente "escrito esta". ¿ Y qué decir acerca de la "Reina del Cielo", titulo autoproclamado por ella en sus distintas apariciones? Antes de hablar sobre estas las manifestaciones marianas, debo añadir que el titulo "Reina del Cielo" solo aparece dos veces en la Biblia, pero no a María, estas menciones están en el libro de Jeremías y en ambos casos están en relación directa con la idolatría y culto falso. (Jer. 7:18 / Jer. 44:17-25). Cabe preguntarse entonces ¿quién es la reina del cielo mencionada en la Biblia? De acuerdo a fuentes bíblicas e históricas se refiere a Astarté, diosa de Babilonia y Asiria, llamada también Astarot, adorada entre las civilizaciones paganas y que según la cultura de la época era la esposa de Baal, dios pagano conocido también como Moloc. En la reprensión dada por el profeta Jeremías, el pueblo daba crédito a la reina del cielo por la paz y prosperidad que alguna vez disfrutaron, de manera que según sus adoradores, ella era el canal o el vínculo entre Dios y sus hijos para traer gracia, paz, bendición y misericordia.

     Claramente, la idea de que María es la Reina del Cielo, no tiene ninguna base bíblica, como tampoco la tiene que es divina, sin pecado, mediadora, intercesora, protectora, el camino al Padre ni ninguna otra condición mesiánica, por tanto no debe ser ni adorada, ni venerada, o rezada. Ofrecer adoración, reverencia o veneración a alguien que no sea Dios es idolatría. Acorde con esto, un día una mujer gritó a Jesús, "Bienaventurado el vientre que te trajo, y los senos que mamaste. Y él dijo: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan." (Lucas 11:27-28) sencillo, claro y conciso, Cristo restringió cualquier intento de elevar a María como un objeto de culto. 

     En definitiva, no hay nada en la biblia que indique el culto a la virgen, entonces ¿de dónde nos llegó este culto? Indudablemente del paganismo, este siempre ha tenido sus diosas, de hecho entre las matronas romanas dirigirse a Juno (Diana) llamándola “Romana Reina del Cielo” era común, a la diosa del fuego sus sacerdotisas consagraban su virginidad y a la diosa Ceres se le llevaban ofrendas simbólicas de trigo de los campos, en fin, la adoración a una deidad femenina era bien conocida y practicada. 

     Naturalmente el culto a María tubo fuerte de oposición, no solo de parte de los protestantes sino también de teólogos, padres y doctores de la iglesia católica, tal es el caso de Epifanio de Salamina (315-403) quien arguyó contra una herejía llamada los corilidianos, quienes empezaron a tributar culto a la Virgen María, como resultado Epifanio declaró: “Ella fue una virgen honrada por Dios: pero no nos fue dada para ser adorada, sino que ella misma adoró a Aquel que fue nacido de ella según la carne” Cita Juan 2:4, y añade: “Esto dijo Jesús para que el pueblo entendiese que la Virgen era humana, y nada más. Porque si Cristo no quiere que los ángeles sean adorados, menos quiere que se rinda culto a esa que fue nacida de Ana... Dejad que María tenga honra y que solo Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo sea adorado. Que nadie de culto a María” (Contra las Herejías, LXXIV) Así mismo Ambrosio de Milán (340-397), uno de los cuatro padres de la iglesia católica, escribió muchas expresiones de reverencia para la Virgen, sin embargo en sus numerosas obras no hay una sola frase que pueda sugerir una rogativa, suplica, plegaria, rezo o petición a ella. 

     En innegable la preeminencia que desde hace un tiempo se le viene dando a la virgen, de hecho la revista National Geographic en su edición de diciembre 2015 destacó la figura de la "Santísima Virgen María" como la mujer más poderosa del Mundo. Aunado a ello están la apariciones, estas ya cuentan con más de dos mil quinientas en todo el mundo, según la web ‘The Miracle Hunter' (www.miraclehunter.com), pagina que reúne los reportes, historias, testimonios y frecuencia de milagros. Sin embargo la llamada "Santa Sede" solo ha aprobado oficialmente 13 apariciones, incluyendo las de Guadalupe (México), Saint-Étienne-le-Laus, París (Rue du Bac, Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa), La Salette (Francia), Lourdes (Francia), Fátima (Portugal), Pontmain (Francia), Beauraing (Bélgica) y Banneux (Bélgica).

     Con base en el análisis hecho, es evidente que las apariciones marianas y las declaraciones inherentes a las mismas, están muy lejos de ser bíblicas, de igual manera los cuatro dogmas tocante a María. A pesar de esto, debo aclarar que en ningún momento las declaraciones antes presentadas menoscaban la persona de María, solo le dan su debido lugar. Además, María debe ser considerada como una mujer digna de imitar, un vivo ejemplo de consagración y entrega al Señor, pero jamás objeto de veneración o culto y mucho menos corredentora, intercesora y todas las demás funciones preponderantemente mesiánicas. Ella, al igual que los apóstoles y muchos hombres y mujeres fieles de la antigüedad, resucitarán en ocasión de la segunda venida de Jesús.
 
Bendiciones...

Comentarios

Entradas populares