Cristo el antisemita.



Cristo el antisemita.
Por Jorge Rojas Velásquez.


    Es posible que el irónico y paradójico titulo que elegí para este articulo provoque algún malestar o regocijo en el lector, por supuesto que eso dependerá de la cosmovisión de cada quién y por ende de su formación intelectual e idiosincrasia.  Ahora bien, cada vez que se leen los episodios donde Jesús y los líderes religiosos de su tiempo debaten sobre un determinado tópico, "pareciera" que estos eran retrógrados, fanáticos,  y extremistas religiosos, y como resultado  las reprensiones de Cristo  hacia ellos eran frecuentes.

     Partiendo de esta premisa, "pareciera" que la religión de estos líderes y la nación toda, era ya obsoleta, fría, monótona, legalista y naturalmente incorrecta en muchos sentidos, por lo tanto era necesario o revitalizar la religión, o cambiarla totalmente. En consecuencia, en el devenir de los siglos, Jesús ha sido y sigue siendo retratado por muchos eruditos, filósofos,  pensadores contemporáneos y hasta hombres de ciencia, como alguien opuesto a las doctrinas y creencias de su propio pueblo, y en efecto el fundador de un nuevo movimiento llamado "cristianismo", el cual se muestra invariablemente superior al judaísmo.

     Esta errada concepción teológica terminó por cristianizar a Jesús y desjudaizarlo de su contexto histórico y  teológico, el resultado fue un Jesús anti-Torá y anti-judio, en otras palabras, un mesías greco-romano occidental, antisemita y desconectado de Israel, de la Torá y de su propio judaísmo. Esto, y otros elementos historicos-teologicos, sentaron las bases de la  "pseudo-teología del reemplazo", pero no es el tema de este articulo.

     Es preciso enfatizar que Jesús, nació, vivió y murió como judío. Nota los siguientes hechos;  nació en una sucá en la fiesta de la cosecha u otoño llamada Sucot, traducido como "fiesta de las cabañas o tabernáculos" celebrada del 15 al 21 del séptimo mes hebreo llamado tishri (septiembre - octubre del calendario gregoriano). Fue censado como descendiente de la casa de David según el empadronamiento de Augusto Cesar, fue circuncidado al octavo día, fue presentado en el templo después de los días de la purificación y ofrecieron las respectivas ofrendas, fue enseñado por de sus padres en todo lo referente a la vida judía y durante toda su estancia en la tierra participó de las festividades del judaísmo, además respetó las enseñanzas rabínicas de su época y  denunció aquellas que eran mal interpretadas y mal aplicadas. Murió como judío y fue enterrado como tal, y finalmente, nunca creó una nueva religión ni abandono a los suyos.

     De manera que el cristianismo tiene el deber de rejudaizarlo a fin de entenderlo mejor, porque, simplemente, El nunca abandono su judaísmo.  Mientras tanto,  el judaísmo tiene el deber de reincorporarlo, porque,  todas sus enseñanzas son judías y están plenamente adheridas a la Torá. Cabe decir que no se puede entender plenamente a una persona si esta es sacada de su contexto histórico, ¿por qué? Porque, lo que un hombre escribe, dice o hace no están en un vacio cultural, pertenecen a un determinado tiempo, momento, lugar y circunstancias especificas. Para ilustrar lo que digo, mira el siguiente ejemplo.

      La sanación de los 10 leprosos registrada en Lucas 17: 11-19. En este episodio bíblico,  todos fueron sanados , nueve de los diez era judíos,  pero solo uno regreso a dar gracias, y este era samaritano, (la teología antisemita dice;  esos judíos eran  unos malagradecidos, ¿ves como Jesús les recrimina? Solo este samaritano es agradecido). Pero, hay un trasfondo histórico-cultural aquí, ¿debía el samaritano presentarse ante el sacerdote en Jerusalén igual que sus nueve compañeros exleprosos? NO... ¿por qué? Simple, el no era judío, no creía en el judaísmo, además, ir significaba aceptarlo como tal, por otro lado el sacerdote no lo iba a recibir, en el templo no lo dejarían, además, debía hacer primero su conversión al judaísmo para poder pasar por el ritual de purificación, frente esta realidad lo menos que podía hacer era ir a Jesús y darle las gracias, y eso hizo.  

    ¿ Y que decir en cuanto a los  incidentes de Jesús y los líderes religiosos de su tiempo? Pues hay mucho que aprender de ellos con relación al judaísmo del segundo templo, y son hechos que no pueden descontextualizarse si queremos tener una sana hermenéutica. Escribiendo acerca de la sapiencia de Jesús, David Flusser dijo; ..."cuando se examinan las palabras de Jesús a la luz de la erudición judía de la época, se echa de ver fácilmente que Jesús no tenía nada de inculto. Por el contrario, estaba familiarizado no sólo con la Sagrada Escritura, sino también con la tradición oral, y sabía manejarla magistralmente".  (David Flusser (1917-2000) historiador judío austriaco y profesor de la  Universidad Hebrea de Jerusalén).

     Ciertamente en cada escenario donde Jesús y los líderes religiosos de su tiempo se encontraban,  El presentó una exegesis del Tanaj nunca antes vista frente a las costumbres y tradiciones fariseas, fue un pensamiento rabínico muy particular que permitió ver la ética de la Torá en contraste con las tradiciones humanas,  sin embargo la corriente antisemita ve a un hombre cuestionando y atacando su propia la cultura.

     Por último, es absurdo pensar en Jesús  como un antisemita, es preciso señalar que tampoco podemos decir el "cristianismo de Jesús" al judaísmo practicado por El, porque este fue sencillamente un fenómeno religioso posterior a su vida. A fin de resumir lo que hasta aqui he venido diciendo, cito al Dr. Saban;
·         " En términos generales, un cristiano verdadero es éticamente judío y un judío es éticamente cristiano. Somos, ambos, parte de la misma tradición de Israel: lo que nos dividió (y nos divide) fue (y es) el carácter nacional del judaísmo frente al espíritu internacional del cristianismo. El judaísmo es el judaísmo del pueblo judío, el cristianismo es la ética del judaísmo predicada a varios pueblos. En síntesis, el cristianismo es, pues, la desnacionalización del judaísmo".                                               Mario Saban (Teólogo judío sefardí y Doctor en Filosofía)
     En conclusión,  Jesús procuro revitalizar el judaísmo de su tiempo elevando la ética de la Torá, no fundando otra religión ni despreciando a su propio pueblo. El es el Salvador, redentor y Mesías...no solo de cristianos y judíos, sino del mundo entero.

Bendiciones...
    




    

    
    



    

        

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