¿Bajo Ayo?

28/08/09
“Entonces para qué sirve la Ley”
Por. Jorge Rojas

En su epístola a los Gálatas, especialmente en el capítulo 3 versos 19 al 27, Pablo parece indicar que los cristianos ya no están en la obligación de obedecer los mandamientos de Dios. En estos pasajes parece decirse que cuando Cristo vino la ley fue puesta a un lado, que ya no estamos “bajo ayo” como lo expresa el apóstol y por tanto los mandamientos de Dios ya no son necesarios para el creyente. Sin embargo, ¿qué es lo que parece decir Pablo aquí, y que es lo que en realidad pretendió decir?
Notemos el texto;
Entonces, ¿para qué sirve la Ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniera la simiente, a quien fue hecha la promesa; y fue dada por medio de ángeles en manos de un mediador. Y el mediador no lo es de uno solo; pero Dios es uno. Entonces, ¿la Ley contradice las promesas de Dios? ¡De ninguna manera! Porque si la Ley dada pudiera vivificar, la justicia sería verdaderamente por la Ley.
Pero la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuera dada a los creyentes. Pero antes que llegara la fe, estábamos confinados bajo la Ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada. De manera que la Ley ha sido nuestro ayo para llevarnos a Cristo, a fin de que fuéramos justificados por la fe.
Pero ahora que ha venido la fe, ya no estamos bajo ayo, porque todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús, pues todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos.
Gál 3:19-27
Antes del análisis de estos versículos necesitamos entender el contexto de los mismos. Lo primero que debemos entender es el porqué de este argumentación, a qué tipo de conceptos o doctrinas estaba haciendo frente el apóstol en esta oportunidad. Notemos el marco histórico de estas declaraciones.
Un poco de historia.
Galacia fue el asentamiento de algunas tribus migratorias de galos procedentes de las tierras germanas a principios del siglo III a. C, ubicados en el Asia Menor. La región tomó su nombre de estos galos y sus habitantes se llamaron Gálatas. A partir del 189 a. C. esta región junto con otras adyacentes fue gobernada directamente por Roma, hasta que en el 25 a. C. se convirtió en provincia romana, en el siglo XI Galacia cayó en poder de los selyúcidas y hoy día esta región es lo que conocemos como Turquía.
La epístola se escribió entre los años 50 a 56 DC aproximadamente. Se sabe que la escribió luego de dos visitas a esa provincia según Gálatas. 4:3, y que, según el libro Hechos de los Apóstoles, Pablo y Bernabé visitaron la zona entre los años 47 y 48 DC por primera vez, y luego volvió Pablo con Silas cuando volvían de la reunión o concilio de Jerusalén en el año 49 DC. Puede que la escribiera desde Corinto en su estadía allí de casi dos años, entre el 50 y el 52 DC. Otros la ubican en una fecha más tardía, alrededor del 56 DC.
El motivo de la carta.
Pablo escribió esta carta en respuesta a una crisis doctrinal surgida en el seno de la iglesia del NT, la cual consistía en una falsa enseñanza que Pablo llamada “un evangelio diferente”(ver.Gal.1:7-9), este era promovido por un grupo de cristianos de extracción judía, probablemente habían sido fariseos antes de su conversión al cristianismo, varias traducciones bíblicas los señalan como; la secta de los fariseos (Hech.15:5), el partido judío o simplemente los judaizantes.
La iglesia de Galacia había sido particularmente susceptible y vulnerable a dicho evangelio diferente como bien lo definía Pablo, el cual consistía en volver a los pobres y débiles rudimentos (Gal.4:9), a las sombras de las realidades que tuvieron su cumplimiento en Cristo (Col.2:16,17), a la ley como un medio de salvación, cuando esta nunca fue la razón por la cual Dios dio sus mandamientos (Gal.2:16), a la circuncisión como requisito indispensable para la salvación (hech.15:1), los ritos, las fiestas y sacrificios que según los judaizantes eran necesarios para pertenecer al pueblo elegido por el Señor y por ende ser salvos, el guardar los días, los meses y los años (Gal.4:10).
Cada uno de los elementos antes mencionados fueron abordados y censurados por pablo en sus epístolas (Gal.5:1-13; Rom.4:1-12; Col.2:8-17). El texto en estudio, Gálatas. 3: 19-27, es otro esfuerzo de parte de Pablo en contra de esta falsa doctrina que se había proliferado en el seno de la iglesia y que estaban socavando los cimientos de la misma. En el caso que analizamos la diatriba gira en torno a la ley dada en el Sinai y la promesa dada a Abraham, el partido judío argumentaba que la ley fue dada varios siglos después de la promesa de la justicia por la fe hecha a Abraham, y que por tanto reemplazaba a dicha justificación.
Es en este contexto en el que se desarrolla galatas.3:19 al 29. El apóstol va hacer frente a los argumentos de los judaizantes y a demostrar que la promesa de la justicia por la fe hecha a Abraham sellada con una ceremonia, (circuncisión) tenía vigencia perpetua y que la Ley dada en el Sinaí no podía invalidar ni cambiar eso.
Pablo comienza su argumentación con una pregunta, ¿Entonces para qué sirve la ley?, estas palabras llamaban la atención de sus lectores y le indicaban a los gálatas, que estaba a punto de iniciar una explicación acerca del propósito de la ley en contraste con la manera como la interpretaban los judaizantes, Pablo disintió de la interpretación que el partido judío hacia de la verdadera función de la ley y de la promesa hecha por Dios a Abraham, de allí la pregunta ¿Entonces para qué sirve la ley?, es decir ¿ cuál era la función correcta de la ley cuando Dios la entrego en el Sinaí?.
En los versículos inmediatamente anteriores (Gal.3:15-18) a los textos en cuestión, Pablo señaló que la promulgación de la ley del Sinaí, 430 años después de que Dios acordara el pacto eterno con Abraham, de ningún modo anuló las promesas hechas a este, o al Valor de la experiencia de la justificación por la fe, desde el Sinaí hasta la cruz, la salvación fue posible sólo en las mismas condiciones que para Abraham: por la gracia de Dios y por una relación de fe con El. Entretanto el partido judío enseñaba que la ley es en esencia más importante que la fe como base para la salvación, algunos cristianos creen que antes de la cruz, la salvación era por obras, mientras que en la era cristiana el pueblo de Dios es salvó por fe. En Gálatas 3.15-18, Pablo prueba que esa enseñanza es errónea.
Si la ley dada en el monte Sinaí no anuló la promesa hecha Abraham, tal como lo enfatiza Pablo de este capítulo, el pueblo de Dios que vivió antes de la cruz fue salvó por los mismos elementos por los que serían salvos después de la cruz: por gracia, por medio de la fe. (Efesios.2:8)
Hoy día nos enfrentamos la posición opuesta a las de los días de Pablo cuando escribo a los galatas, el partido judío argumentaba que la ley reemplazó a la fe, hoy día tenemos un grupo de cristianos que enseñan, que la fe reemplazo la ley, en otras palabras aducen que a partir de la cruz, la fe anuló la ley, y por tanto está ya no es necesaria para el creyente.
Volvamos al contexto, ante la argumentación presentada por el apóstol, de que en ninguna manera la ley abolió las promesas hechas Abraham, naturalmente los galatas se formularían la siguiente pregunta: si la promulgación de la ley entregada en el Sinaí no alteró de ningún modo la promesa hecha a Abraham, entonces ¿para qué sirve la ley?, Esta es la pregunta que a continuación Pablo responde y cuya respuesta se encuentra desarrollada en los versículos 19 al 29.
Fue añadida, son las primeras palabras con las que Pablo comienza a explicar el propósito de la ley, y seguidamente presenta las razones por las cuales fue añadida:
1. Fue añadida a la promesa porque la ley no podía cambiar la promesa, ni la promesa podía cambiar la ley.
El propósito de Pablo en escribir a los Gálatas era probar que Dios declaraba justo Abraham por la fe de este en la promesa de que en su simiente serían benditas todas las naciones, en otras palabras, de su descendencia vendría el mesías, su Salvador, su rey, y su Señor, y que la ley entregada en el Sinaí en ningún momento invalidaba esa promesa.
Pablo señala que esa experiencia de Abraham con Dios en la cual Dios le acredita su justicia mediante la fe beneficio tanto a los gentiles como a los judíos. El apóstol argumenta que esta promesa fue un contrato legal entre Dios y a Abraham, firmado y sellado de acuerdo con la costumbre de la época, y la ley no podía cambiar eso. La ley fue añadida o agregada a la promesa. Note como lo expresara en romanos.4;1-25
Entonces, ¿qué diremos en el caso de nuestro antepasado Abraham? En realidad, si Abraham hubiera sido justificado por las obras, habría tenido de qué jactarse, pero no delante de Dios. Pues ¿qué dice la Escritura? "Creyó Abraham a Dios, y esto se le tomó en cuenta como justicia. Ahora bien, cuando alguien trabaja, no se le toma en cuenta el salario como un favor sino como una deuda.
Sin embargo, al que no trabaja, sino que cree en el que justifica al malvado, se le toma en cuenta la fe como justicia.
David dice lo mismo cuando habla de la dicha de aquel a quien Dios le atribuye justicia sin la mediación de las obras:
· "¡Dichosos aquellos a quienes se les perdonan las transgresiones y se les cubren los pecados! ¡Dichoso aquel cuyo pecado el Señor no tomará en cuenta!"*

¿Acaso se ha reservado esta dicha sólo para los que están circuncidados? ¿Acaso no es también para los gentiles?* Hemos dicho que a Abraham se le tomó en cuenta la fe como justicia.
¿Bajo qué circunstancias sucedió esto? ¿Fue antes o después de ser circuncidado? ¡Antes, y no después!
Es más, cuando todavía no estaba circuncidado, recibió la señal de la circuncisión como sello de la justicia que se le había tomado en cuenta por la fe. Por tanto, Abraham es padre de todos los que creen, aunque no hayan sido circuncidados, y a éstos se les toma en cuenta su fe como justicia. Y también es padre de aquellos que, además de haber sido circuncidados, siguen las huellas de nuestro padre Abraham, quien creyó cuando todavía era incircunciso. En efecto, no fue mediante la ley como Abraham y su descendencia recibieron la promesa de que él sería heredero del mundo, sino mediante la fe, la cual se le tomó en cuenta como justicia.
Porque si los que viven por la ley fueran los herederos, entonces la fe no tendría ya ningún valor y la promesa no serviría de nada. La ley, en efecto, acarrea castigo. Pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión. Por eso la promesa viene por la fe, a fin de que por la gracia quede garantizada para toda la descendencia de Abraham; esta promesa no es sólo para los que son de la ley sino para los que son también de la fe de Abraham, quien es el padre que tenemos en común delante de Dios, tal como está escrito: "Te he hecho padre de muchas naciones."* Así que Abraham creyó en el Dios que da vida a los muertos y que llama las cosas que no son como si ya existieran.

Contra toda esperanza, Abraham creyó y esperó, y de este modo llegó a ser padre de muchas naciones, tal como se le había dicho: "Así de numerosa será tu descendencia."Su fe no flaqueó, aunque reconocía que su cuerpo estaba como muerto, pues ya tenía unos cien años, y que también estaba muerta la matriz de Sara. Ante la promesa de Dios no vaciló como un incrédulo, sino que se reafirmó en su fe y dio gloria a Dios, plenamente convencido de que Dios tenía poder para cumplir lo que había prometido.
Por eso se le tomó en cuenta su fe como justicia. Y esto de que "se le tomó en cuenta" no se escribió sólo para Abraham, sino también para nosotros. Dios tomará en cuenta nuestra fe como justicia, pues creemos en aquel que levantó de entre los muertos a Jesús nuestro Señor. Él fue entregado a la muerte por nuestros pecados, y resucitó para nuestra justificación.



2. Fue añadida a causa de las transgresiones
Es decir fue dada hombre como añadidura a la promesa, a fin de despertar en el corazón y en la mente del hombre un sentimiento de culpa, ¿porqué? La respuesta es simple, una vaga conciencia de que todo está bien en él porque no es demasiado malo como otros, no es suficiente para conducirlo al Salvador.
Sólo cuando el hombre se dé cuenta y reconozca que sus pecados son transgresiones a la ley de ese Dios que es también su juez y cuya santidad no puede tolerar esas desviaciones constantes al respecto de la senda señalada, clamará por liberación, el espíritu Santo ha hecho llegar hasta su corazón el conocimiento de su maldad, de su transgresión a la ley de Dios, y ¿cómo podría pasar esto si no existiese la ley? como argumentan algunos teólogos Porque “… Donde no hay ley tampoco hay transgresión (Rom.4:15) la ley se introdujo para que el pecado abundase, más cuando el pecado abundo sobreabundó la gracia (Rom.5:20) note el siguiente comentario:
“ por medio del mandamiento, el pecado se hace extremadamente pecaminoso. Conocemos el pecado por medio de la ley (romanos 3:20;7:7,13). La ley actúa como una lupa. Este instrumento en realidad no aumenta el número de manchas que afean un vestido, sino que las hace resaltar más claramente y revela muchas que no se ven a simple vista. “A causa de las transgresiones” se añadió la ley, de modo que, cuando la ley demanda ni más ni menos que un perfecto amor para con Dios y nuestros semejantes, y el hombre de claramente que hay poco de este amor en su corazón, pueda al tomar conciencia de esto, volverse al Salvador.”(William Hendriksen, New Testament Commentary on Galatians, Grand Rapids, Michigan. Baker Book House,1979 págs. 140,141)
La ley como expresión del carácter de Dios siempre ha estado presente. Sólo se añadió su formulación específica. Por cuanto la raza humana se había apartado tanto del conocimiento de Dios, fue necesario que Dios se expresara en términos básicos.
Hasta que viniese la Simiente
Este es uno de sus textos al que se aferran los que enseñen que la ley fue derogada por Cristo. A primera vista eso es lo que parece decir. Miremos más de cerca esta expresión:
1. La palabra “hasta” no limita la duración ni la vigencia de la ley.
2. Si la ley fue hasta la venida de la simiente la cual es Cristo (Gal.3:16), entonces no puede existir hoy día ni el pecado ni la muerte, porque el pecado es transgresión de la ley (1 Jn.3:4) y su consecuencia es la muerte (Rom.6:23) por tanto si la ley fue dada “hasta” la venida de la simiente entonces hoy no debiera existir ni pecado ni muerte. El punto es que hoy día hay pecado y hay muerte.
¿Cómo entender esta frase?, consideramos algunos ejemplos:
· Pablo escribió a Timoteo: entre tanto que voy, ocúpate de la lectura, la exhortación y la enseñanza (1 Tim.4:13) ¿significaba esto que cuando Pablo llegara, Timoteo podía dejar de leer exhortar y enseñar? No, claro que no.
· El Señor en apocalipsis.2:25 nos amonesta: pero lo que tenéis, retenedlo hasta que yo venga ¿significaba esto que cuando el Señor viniese ya no retendremos nada? Por supuesto que no.
Entonces a ¿que se refiere pablo cuando dice “hasta” que viniese la simiente? En los tiempos antes de la cruz la única revelación que se tenia del Padre era el sistema dual de ley ; la Ley de moral de Dios (los 10 mandamientos) y la ley ceremonial (ritos y sacrificios) a través de ellas era revelado el carácter y la voluntad de Dios para con su pueblo, el plan de redención, el destino final de los justos y los pecadores y la destrucción final del pecado, sin embargo la simiente prometida a Abraham (Cristo, según. Gal.3:16) daría una revelación mayor del carácter y la voluntad de Dios para con su pueblo y del plan de redención, no obstante, esto no significaba que al venir Cristo abrogaría la ley como revelación de Dios, pero sobrepasaría su eficiencia en este sentido, es decir la revelación seria mayor, más amplia, especifica y clara con respecto a Dios, su amor y sus demandas para con el hombre, la ley como lo señalan alguno expositores de la Biblia no fue abolida, antes bien Dios la magnifico y engrandeció conforme a lo escrito por el profeta Isaías;
· Jehová se complació por amor de su justicia en magnificar la ley y engrandecerla. (Is.42:21)
Esta expresión; hasta que viniese la simiente debe ser entendida en su contexto, cabe destacar que antes de la cruz, la ley condenó a toda la humanidad a la muerte eterna, “pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su hijo nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. (Gal.4:4,5) en la cruz Dios proveyó redención para toda la raza humana. Sin embargo se debe destacar el hecho que después de la cruz al igual que antes de esta, la transgresión a los Mandamientos de Dios nos lleva a la muerte eterna, es decir obedecerla no nos salva, pero el desobedecerla nos condena, la ley nunca fue dada como un medio de salvación sino como una norma de conducta, cuyo fin es llevarnos a los pies de la cruz en busca de perdón y reconciliación con Dios, y así escapar de la eminente condenación que pesa sobre el pecado.
· Porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree. (Rom.10:4)
· Acerquémonos pues, confiadamente al trono de la gracia para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. (Heb.4:16)


Antes de la cruz todos los que por fe creían en el mesías que iba a venir eran justificados y considerados salvos, pero legalmente no estuvieron libres de la condenación de la ley hasta que se pago la pena por sus pecados, es decir no se alcanzo la liberación de la condenación legal hasta que en el calvario se hubo pagado la pena.
· “así que por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna”. (Hebreos.9:15)
Ahora la condición legal de la raza humana ante Dios ha cambiado, la pena fue pagada y los que aceptan por fe el sacrificio de Cristo en su favor son declarados justos por el Padre y reciben la vida eterna prometida. Por cuanto se pago la deuda, tanto los creyente que vivieron antes de la cruz como los que vivirían después de ella pueden legalmente recibir vida eterna. En otras palabras las personas antes de la venida del mesías eran salvas por la fe en el cordero de Dios que un día iba a venir, mientras que hoy son salvas por la fe en el cordero de Dios que ya vino.
¿Dónde estaríamos hoy día si Jesús no hubiese dado su vida en la cruz, si no hubiese pagado la pena por nuestros pecados? , ¿hubiera la obediencia a los 10 mandamientos salvado a la humanidad caída si hubiese existido la cruz? Por supuesto que no. ¿hubieran los sacrificios y ofrendas del periodo del AT proporcionado la salvación para quienes los ofrecían por fe y se hubiese pagado la pena por nuestras transgresiones en la cruz? Claro que no. La salvación de la raza humana caída dependía del sacrificio y ministerio del Hijo de Dios, los judaizantes habían desechado esta realidad, pablo los confronta diciéndoles que estaban “bajo la ley”, note las siguientes declaraciones del Apóstol;
· sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.(Gal.2:16) “ESTE ERA EL PROBLEMA DE PARTIDO JUDIO”.
Y antes de ser acusado de desechar la gracia dice;
· No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo. (Gal.2:21)
· De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído.(Gal.5:4)
Pablo argumenta que la salvación y la herencia de la vida eterna no es por la ley sino por fe en la promesa hecha a Abraham, que en el serian benditas todas las naciones;
· Porque si la herencia es por la ley, ya no es por la promesa; pero Dios la concedió a Abraham mediante la promesa. (Gal.3:18)
· ¿Luego la ley es contraria a las promesas de Dios? En ninguna manera; porque si la ley dada pudiera vivificar, la justicia fuera verdaderamente por la ley. Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes. (Gal.3:21,22)
Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada. De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo, (Gal.3:23,25) he aquí los textos utilizados por muchos cristianos hoy día para justificar su desobediencia a los mandamientos de Dios, especialmente en lo concerniente al cuarto mandamiento.
Según el contexto, la frase “antes que viniese la fe”, se refiere principalmente al período anterior la cruz, es decir, antes de la venida de la simiente (Gal.3:19), antes del cumplimiento del tiempo cuando Dios envió a su hijo (Gal.4:4), Es decir, antes de que se revelara claramente el misterio de cómo Dios podría salvar a los hombres solo por la fe en la encarnación, la vida perfecta, la muerte vicaria y la resurrección gloriosa de nuestro Señor. Ahora bien, Pablo no quiere decir en ningún momento que la justificación por la fe era inoperante antes de la cruz, y tampoco está diciendo que una vez venida la fe ya no es necesaria la ley. Pablo sencillamente señala la correcta función de la ley, desenmascarar el pecado, según Lutero la real función y propósito de la ley es:
humillar al hombre y prepararlo para anhelar y buscar la gracia ofrecida por Dios en la persona de su hijo.
poner en evidencia el pecado y aumentarlo, entonces el hombre, comienza a ver la maldad de su corazón y su hostilidad hacia la ley y hacia Dios, el autor de la ley.
lleva al hombre a reconocer su maldad y a confesar su pecado sinceramente, lo guía a Cristo, señalándolo como quien lo salva del pecado y de la muerte. Solo así la ley ha cumplido su función.
Luther´s Works: lectures on Galatians, 1535 (Obras de Lutero. Disertación sobre galatas 1535. Saint Louis, Concordia, 1963, Tomo 26. Págs. 328,329).
Tres funciones básicas que tenía la ley antes de la cruz.
1. Israel estaba bajo la ley antes de la cruz por cuanto entonces era el principal modo de señalar el pecado. (La ley de Dios todavía funciona de este modo, pero Cristo cumple esta misión de un modo más efectivo, no sólo señalando el pecado mediante su Santa Ley, sino también salvándole del mismo por su gracia).
2. Antes de la cruz, la ley (moral y ceremonial) y el medio por el cual Dios hacía conocer su voluntad y su evangelio.( Cristo ha superado la ley como revelación de Dios, aunque la ley todavía funciona del mismo modo)
3. Antes de la cruz, toda la humanidad estado bajo la condenación legal de la ley. Aún aquellos que por su experiencia fueron justificados por la fe, no fueron finalmente libertados de la condenación hasta que Cristo murió y resucitó.
De allí la expresión utilizada por el apóstol “la ley ha sido nuestro ayo para llevarnos a Cristo”. Definamos el término ayo; del Gr. paidagogós, "tutor", o "guardián de niños". Literalmente "conductor de niños", pero no "maestro" (didáskalos). El paidagogós era en las familias griegas un supervisor de los niños varones y su acompañante mientras fueran menores de edad. Los acompañaba a la escuela, los protegía de peligros, impedía que se portaran mal, y tenía derecho a disciplinarlos. En las obras de arte griegas el paidagogós, generalmente se representa con un palo en la mano. Si tenía suficiente instrucción, también podía ayudarlos en la preparación de sus lecciones.
La función del paidagogós es una ilustración adecuada. "La ley" sirvió como el guardián, supervisor o custodio del pueblo escogido en los días del AT, y a semejanza del paidagogós, tuvo a su cargo su preparación moral. Es decir, bajo la ley (vers. 23; cf. vers. 24). Algunos han interpretado que esta frase significa estar "bajo la condenación de la ley". Es cierto que estas palabras podrían explicarse así; pero tal explicación no concuerda con el contexto, y por esta razón es claro que ese no es el sentido que Pablo quiso darles.
El oficio de un "ayo" no era condenar, sino ejercer autoridad, guardar, proteger (ver com. vers. 24). El tema de Pablo no se refiere en nada a la condenación que viene a causa de la impiedad, sino a la posibilidad de alcanzar la justificación cumpliendo la ley (vers. 1-3, 7, 11, 14, 21; etc.; ver com. Rom. 6: 14).
Debemos recordar que Pablo está usando un lenguaje metafórico, y que, por lo tanto, no debe hacerse demasiado énfasis en cada una de sus palabras y en cada detalle. Hay un punto esencial que quiere destacar, y es el significado especial del acontecimiento importante que ocurrió "cuatrocientos treinta años después" (vers. 17) de Abrahán: el anuncio solemne que hizo Dios a Israel de la ley moral divina y la entrega, por medio de 960 Moisés, de estatutos civiles y un código para dirigir sus ceremonias religiosas. Los santos hombres de Dios tuvieron, antes del Sinaí, la ley moral escrita en su corazón en cierta medida, y por lo menos conocían los rudimentos del sistema ceremonial.
Cuando Dios llamó a Israel para que saliera de a esclavitud egipcia, dio una realidad objetiva a todas esas leyes para que los israelitas pudieran ver la enorme gravedad del pecado, tal como lo revela el Decálogo, y además les mostró el medio por el cual se proponía salvarlos del pecado, tal como lo demuestra el sistema ceremonial ver com. vers.19. Las mismas leyes tan características del sistema judío, proclamaban continuamente la condición perdida del hombre y el plan divino para su perdón. Esas mismas leyes, puede decirse, encerraban a los hombres, los confinaban (vers. 23) o guardaban bajo custodia hasta el día de su liberación espiritual.
Pablo describe figuradamente a los hijos de Dios que vivieron antes del advenimiento de Cristo como que hubieran estado "bajo tutores y curadores hasta el tiempo señalado por el padre" (cap. 4: 2) “confinados”. "Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a Fin de que recibiesen la adopción de hijos" (vers. 4-5).
¿Y qué sucedió en realidad a los hijos de Dios en lo que se refiere a la ley, que fue ,nuestro ayo" cuando vino Cristo? Las leyes ceremoniales cesaron porque Dios les había señalado un límite, pues el sacrificio de Cristo ocupó el lugar de los sacrificios de animales y por lo tanto terminaron las leyes que reglamentaban dichos sacrificios. En cuanto a las leyes civiles, también perdieron su significado por la sencilla razón de que Israel terminó como nación o Estado, y su lugar lo ocupó el Israel espiritual.
En lo que respecta a la ley moral, el Decálogo, ya no se destaca más sobre dos tablas de piedra, como algo separado del hombre, sino que los que "justificados por la fe" (vers. 24) en Cristo se convierten en nuevas criaturas en él (2 Cor. 5: 17), y tienen la ley de Dios escrita en su mente y corazón (Heb. 8: 10); de esa manera "la justicia" (o "requerimientos") de la "ley" son "cumplidos" en ellos (Rom. 8: 4). Por esta razón Pablo utiliza una figura muy adecuada cuando declara que ya no estamos "bajo ayo". Es difícil entender cómo alguien alguna vez pudo llegar a la conclusión de que Pablo esta anunciando aquí la abolición del Decálogo, la gran ley moral de Dios. Mientras perduren los corazones nuevos y las mentes nuevas de los Hijos de Dios, la ley divina estará grabada en ellos con caracteres vivientes.
Algunos preguntan cuál ley era el ayo, la respuesta es ambas, tanto la ley ceremonial como la ley moral o diez mandamientos. En resumen Pablo no quería que llegásemos a la conclusión de que la salvación en los tiempos del antiguo testamento no era por fe sino por la estricta obediencia a la ley, y cita Abraham como el gran ejemplo de fe, romanos 4, Gálatas.3:8,9,29. Nos explica que la promulgación de la ley el Sinaí no cambió el método de Dios para salvar a la humanidad Gálatas.3:14-18. “ la promesa del espíritu ” por la fe (vers.14) fue accesible a los que vivieron entre el Sinaí y la cruz, como también alcanzó a Abraham y a los cristianos.
Al decir que la fe de reemplazo al ayo, Pablo no pretende que la cruz abolió la ley (véase Rom3:31; 7:7, 12,14; 8:3,4) quiere decir, en cambio, que el calvario va más allá de la ley como Espejo del pecado, y como revelación del carácter de Dios. Dice además que en la cruz Cristo murió por los pecados de toda la humanidad (compare 1 de juan.2:2), haciendo así accesible para todos el perdón.
Concluimos pues, que la ley guio a la nación de Israel hacia Cristo históricamente, y la ley nos guía a cada uno de nosotros a una experiencia con Cristo. Cuando Cristo murió, los israelitas fieles que murieron antes de la cruz fueron justificados legalmente. Cuando le permitimos a la ley señalarnos a Cristo, creemos y somos justificados. Por tanto, la cruz significó vida eterna para los creyentes antes de la cruz, del mismo modo que significa vida eterna para los creyentes hoy.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Exactamente , LA LEY FUE ABOLIDA PARA LOS QUE CREEMOS EN JESUCRISTO, no por no cumplirla , antes al contrario por cumplirla fielmente,, por lo TANTO YA No ESTAMOS BAJO AYO., porque hasta Que JESUCRISTO vino , ES CUANDO NOS redargulle de pecado .., y nos Justifica del PECADO DE LA LEY. AL CREER EN EL , no ASÍ para los trasgresores de la Ley QUE EN LA ACTUALIDAD EXISTEN , OBVIO PARA LOS NO CREYENTES.., QUIENES ESTÁN BAJO AYO , Por no obedecer la LEY Y POR NO TENER FE O CREER EN EL SALVADOR DE ESTE MUNDO JESUCRISTO.

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